Comienza una
nueva temporada de Doctor Who. Y con ella tenemos algo nuevo también, pero
vayamos por partes y en orden...
Todo comienza en
plena Edad Media. Irongron y sus bandidos encuentran una nave estrellada. No,
no la TARDIS. Una nave Sontaran. Mientras, en el presente, el Brigadier tiene
problemas: Una serie de científicos de no poco nivel está desapareciendo como
caramelos a la puerta de un colegio. ¿Y a quien acude? Al Doctor. Mientras este
comienza sus investigaciones, conoce a una periodista que fingiendo ser otra
persona, se ha infiltrado en las instalaciones.
¿El nombre de la
periodista? Sarah Jane Smith.
Y todo esto sin
llegar a la mitad del primer capítulo de la historia. Este serial no es solo
una muy buena, muy disfrutable historia: Supone más de un hito en el
Whoniverso: Debut de una de las compañeras más recordadas, si no la que mas.
Debut de los Sontaran, que se cuentan entre los enemigos que peor se lo han
hecho pasar al resto de civilizaciones de la Vía Láctea. Y... PRIMERA mención
del planeta natal del Doctor. Es aquí cuando por fin oímos «Gallifrey, en la
constelación de Kasterborous» por vez primera.
¿He dicho ya que
además es una buena historia y que se disfruta? Porque lo es. Una de mis
favoritas de esta etapa y de toda la serie. Pero por ninguna razón especial en
realidad. Es de esas tramas que simplemente, gustan desde el primer momento. Es
divertida, tiene una atmósfera increíble, los diálogos son memorables (en el
buen sentido)... Y se recuerda con no poco agrado.
Como anécdota
diré que la reacción de Sarah Jane antes de asumir que ha viajado en el tiempo
es... lógica. Y menos mal que espabila pronto. Un serial que recomiendo sin
dudar ni un solo momento.
¿Y a cuando y
donde llevará la siguiente aventura de nuestro Señor del Tiempo favorito?
Bien... A la que puede que sea una de sus aventuras más intensas en más de un
sentido.
¡Nos leemos!
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