Todo comienza de
la siguiente manera: El Doctor, para celebrar que por fin puede volver a usar la
TARDIS como se le antoja, decide hacer un viaje a Methebelis 3. Pero le fallan
las coordenadas. Y en su lugar aparece en la cubierta del SS Bernice, un barco
que desapareció en el Océano Indico sin dejar rastro. Lo misterioso es que sus
pasajeros repiten una y otra vez las mismas acciones, sin recordar previos tropiezos
con el Doctor y Jo. A partir de ahí...
Una vez se
descubre la razón de todo esto... Seré sincero. Este serial se me hizo peculiar
y diferente en un sentido estricto del término. ¿Malo? No, no, que va, para
nada es eso. Tan solo es eso, es tan diferente de lo anterior (en cierto modo)
que me chocó. No hay amenazas cósmicas. No hay peligro de destrucción galáctica.
La escala de esta historia es mucho menor (en más de un sentido).
¿Me gustó? Si.
No tanto como otros seriales de esta era, pero sí, me gustó cuando lo vi. En
cuanto a la longitud de la historia, es la justa. Más de 4 capítulos habrían sido
excesivos. Menos, aceleraría demasiado la historia. La primera parte, con los
pasajeros del barco repitiendo una y otra vez lo que hacen sin recordar
momentos anteriores, no es hilarante. Desconcierta de hecho y hay un punto en
el que incluso uno llega a preocuparse.
Como curiosidad,
decir que en este serial aparece Ian Marter, quien más tarde interpretaría a
Harry Sullivan, compañero del 4º Doctor. Al final, todo acaba más o menos bien
en esta aventura. Y en la siguiente... Volvemos a las andadas en otros
planetas. Y que andadas en esta ocasión.
¡Nos leemos!
Usagi
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