
Podéis leer el relato siguiendo este enlace: Number 1,
The first thing the Doctor heard when he woke was the sound of something tapping at a window.
Bonito punto de partida que engancha desde el principio, haciendo que queramos saber más sobre los hechos acontecidos a nuestro Señor del Tiempo favorito. ¿Dónde está? ¿Qué hace allí? ¿Qué o quien le ha llevado a ese lugar? Y a esa época. Reino Unido, años 40. Una de las épocas más oscuras de la historia humana.
Como buena narración corta, va directa al grano. Resulta difícil hablar de algo de dicha extensión sin desvelar nada de la trama, pero lo intentaré. El Doctor se topa con una serie de individuos, todos con su historia que contar. Historias con algo en común. Todas, salvo la de un personaje que no desvelaré (y no, no es él).
Uno de los rasgos que define a una buena obra de prosa whoviana es el que uno se crea que los diálogos y acciones pudieran pertenecer a un capítulo cualquiera de la serie de televisión. Aquí se logra a la perfección. Uno oye las voces, ve los gestos, siente el roce de los objetos y hasta huele ciertos elementos (ninguno apestoso, tranquilos).
En cuanto al final, bien. La atmósfera construida (algo esencial en la prosa de corta extensión) empapa todo y por un momento uno puede llegar a consultar el calendario para comprobar que el año en que vive es uno y no el que vive el Doctor en ese momento. Te deja con una sonrisa de “todo está bien” en el rostro, y uno no puede evitar agitar la mano en un hasta luego al Doctor. Porque todos sabemos que volverá. Antes o después.
Como volverá la semana que viene otra reseña a
¡Nos leemos!
~Usagi~