Este serial es,
por múltiples razones, historia esencial de Doctor Who, de la televisión y de
la ciencia ficción. Es el primero de su temporada, debuta el cuarto Doctor,
conocemos a Harry Sullivan...
¿Y cómo empieza?
Literalmente como acabó el anterior: Con el Tercer Doctor regenerándose en
presencia del Brigadier y Sarah Jane Smith. También está el problema del robo
de los planos de un arma desintegradora. Y un robot. Y... Bien, hasta ahí voy a
leer, me temo.
Para desesperación
(una vez más) de UNIT y en concreto del Brigadier, esta nueva encarnación del
Doctor es eufórica y avasalladora como pocas. No para quieto. Ya desde el
principio trata de fugarse en la TARDIS y solo por muy poco logran convencerle
de que se quede y les ayude. Eso sin contar la escena en que va probando
diferentes atuendos hasta dar con el que le veremos a parir de este momento,
claro.
Este serial es,
ante todo, una presentación. OJO, no se olvida de que se trata de contar una
historia. Y que historia. Pero lo que vuela, al menos para quien esto escribe,
es el conocer al Cuarto Doctor. Tener cierta idea de cómo es, como se
comporta. Podría haber sido mejor... y podría
haber sido peor historia.
Pero presenta al
Cuarto. Y qué final. Uno que les llevara muy lejos... y muy cerca a un tiempo a
nuestros crononautas favoritos.
¡Nos leemos!