lunes, 2 de julio de 2012

Serial Clásico (37): Evil of the Daleks


Antes de decir nada: Si, este serial es otro de tantos con capítulos perdidos. Pero, y anticipándome al futuro (esto es Doctor Who), puedo deciros que hay puntos clave del 2º Doctor que se conservan en su totalidad. Y sin más preámbulos…

Esta historia comienza justo donde acabó la anterior: El Doctor y Jamie varados en Gatwick ¡porque un camión se lleva la TARDIS! Logran seguir el vehículo, llegando a una tienda de antigüedades en la que se venden objetos curiosos. No por raros. Es que todos parecen nuevos, recién fabricados. No, no son falsificaciones. Esto es el Whoniverso, recordad. Ajá, eso es.

Investigando la tienda, Jamie y el Doctor caen en una trampa que les gasea y… acaban en 1866.

Por el título ya se sabe quienes son los que están detrás de todo. Es una historia muy densa, retorcida. Espectacular incluso. De hecho, si los datos no me fallan, esta es la primera vez que se ve al Emperador Dalek. La trama muestra lo que dice el título: El mal del que son capaces los daleks. Yo disfruté de esta historia en su totalidad gracias a la novelización de Target Books. Hubo momentos en los que me descubrí jadeando por haber contenido el aliento sin darme cuenta.

Oh, casi lo olvido: En este serial se presenta a Victoria Waterfield, que se unirá a la larga lista (ya incluso entonces) de tripulantes de la TARDIS. Una mujer de 1866, hija de un científico que trabajaba para los daleks. Buena compañera, desde luego.

Es una de las historias más recordadas de los habitantes de Skaro, por muchas razones: Entre otras, porque muestra algo que hoy en día es considerado “historia dalek”: Su guerra civil entre la facción imperial y la renegada. Mencionada no, contemplada por vez primera en esta aventura.

De hecho, la última escena muestra al Doctor, Jamie y Victoria abandonando Skaro (si, el Doctor vuelve a Skaro), mientras ven una ciudad dalek en llamas… Su próxima escala les llevará a vivir la que para mi es una de las mejores historias de Doctor Who de todos los tiempos. ¿Cuál? Paciencia, paciencia. No falta tanto…

~Usagi~